miércoles, 31 de marzo de 2010

La luna



Érase una vez, un mundo en el que el Sol era la única luz en los días. Al caer este Sol, el cielo se volvía oscuro, convirtiéndose en penumbra intensa, vacía, tenebrosa...

Bajo este cielo sin luz, solo se podían oír voces y hasta el andar de algunos animales, pero no se podía observar nada.

Nadie se atrevía a entrar en esta inmensa oscuridad, por lo cual las personas únicamente salían de sus casas cuando el Sol se hacía visible. Todos entristecían cuando la luz se extinguía: Los niños dejaban los parques y los adultos entraban apresurados a sus casas dejando atrás divertidas conversaciones y tareas, para recibir la pena y el temor que la noche traía consigo.

Hubo una vez en ese mundo, una mujer llamada Lunática que con el solo propósito de aliviar la tristeza ajena, salía de su hogar solo cuando ya no era posible observar un solo hilo de luz. Llena de alegría y con un espíritu noble y jovial, esta mujer deslumbraba a los pueblerinos cuando su bella voz comenzaba a lucirse en festivos cánticos, los cuales a todos llenaban de felicidad y gozo.

Era tal la satisfacción que en Lunática crecía al saber que las personas sonreían y olvidaban la tristeza que la noche les daba, que poco a poco su espíritu, su alma e incluso su cuerpo se fueron llenando de luz de un modo inexplicable. Tan blanca y pura era esta luz que Lunática llevaba consigo, que llegó a iluminar la oscuridad.

Pero hubo una noche en la que los cánticos no se oyeron, las personas no sonrieron y Lunática no dio luz a su pueblo.

Cuando la luz apareció y el Sol se hizo presente, todos buscaron a la mujer. Pero nadie logró encontrarla.

Algunas noches pasaron hasta hacerse visible en el cielo una inmensa y bella luz en forma redonda. Tan radiante y pura que todos recordaron a Lunática al ver este nuevo resplandor. Fue por eso que las personas decidieron llamar Luna a esta nueva compañía, la cual les daría alegría por el resto de las noches.

Algunos dicen que el Sol se enamoró de la bella voz de Lunática y decidió llevarla consigo. Otros creen que Lunática era un ángel y que solo estaba de paso por la tierra, ya que su verdadera tarea sería la de dar luz y alegría en cada noche.







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